Es uno de los lugares más cuidados del mundo   y sobran las razones para que lo sea. Cada año, decenas de miles de   visitantes abordan los barcos disponibles para pasar una placentera   semana de buceo en aguas cristalinas, en compañía de lobos marinos,   focas, delfines, pingüinos y tiburones. Centenares de especies son   exclusivas de este verdadero espectáculo de la naturaleza, que funciona   también como un destino turístico sin parangón en el mundo.
Galápagos   es un archipiélago conformado por doce islas grandes, seis más pequeñas   y algunos islotes. Debe su nombre a las tortugas gigantes que   caracterizan el lugar. 
Más   de 150 años atrás, el científico Charles Darwin la describió como el   laboratorio de la evolución, y desde entonces  se transformó en una de   las mecas del turismo ecológico mundial. El Parque Nacional Galápagos   protege alrededor del 97% de las aéreas terrestres del archipiélago y la   reserva marina algo más de 135.000 km2.
La   historia cuenta que, como no pudieron viajar a nado para reproducirse   en otras partes, los animales quedaron aislados en esa zona, lo que   quizá fue su salvación. Al resguardo de los predadores, muchas especies   sobrevivieron solo allí, mientras que se extinguían una vez llegadas al   continente.
Ubicadas   sobre la línea del Ecuador, las aguas de estas islas reciben dos   corrientes marítimas: una caliente de Panamá –en el norte– y otra fría   del Perú en el sur. Al unirse se desvían hacia el océano en la misma   dirección, creando un verdadero "río sin cauce" que se aleja de la costa   continental. Esto ha evitado que durante la época de navegación a vela   fueran muy visitadas. 
 En honor al sabio y un manglar 
Puerto   Ayora está situado en la isla Santa Cruz. La estación Charles Darwin en   Puerto Ayora protege a las tortugas gigantes (las más grandes llegan a   pesar hasta 500 kg), que están en riesgo de extinción. Aquí nace la   mayoría, para evitar que las ratas coman los huevos o las crías; cuando   cumplen 3 años son devueltas a la isla de sus padres. 
Puerto   Ayora tiene una ubicación privilegiada, protegido a lo largo de las   orillas de la bahía de la Academia, un concurrido puerto normalmente   lleno de barcos que transportan a los turistas entre las islas, yates   privados y pesqueros. También es un buen lugar para observar pelícanos,   iguanas marinas, garzas, leones marinos y un gran número de piqueros de   patas azules. 
A   Santa Cruz se llega desde el aeropuerto de Baltra en taxis acuáticos   cruzando el canal de Itabaca. El punto de mayor interés es la bahía   Tortuga. En ella pueden observarse iguanas marinas, cangrejos, la   gigantesca tortuga, el tiburón de arrecife de punta blanca y pájaros   variados. Otro de los grandes atractivos es el manglar natural, donde   está permitido nadar. En isla Lobos el recorrido incluye una zona de   vegetación árida y rocas volcánicas. Se observan pelícanos, varias   especies de aves de orilla y, durante el buceo superficial, es común la   presencia de lobos marinos juveniles, rayas sartén y tortugas marinas. 
Isla   Lobos está aproximadamente a una hora de navegación de puerto Baquerizo   Moreno. El largo del sendero es de 850 metros y el tiempo estimado de   recorrido es de una hora. Se pueden ver piqueros de patas azules y de   fragatas comunes. Es posible observar además a las dos especies de lobos   presentes en el archipiélago. 
Por   otro lado, Seymour-Santa Cruz es una pequeña isla muy cerca de Baltra,   donde se ven iguanas, cangrejos, pelícanos y focas. Ahí se establece el   contacto con los tiburones en medio de un agua tan transparente como el   cristal. Pero lo más espectacular de la isla es la vista de una bahía   desde los acantilados, donde vuelan infinidad de pájaros: piqueros de   patas azules o de patas rojas, fragatas magníficas y gaviotas de lava. 
De   ahí se puede pasar a la isla Wolf, la que se identifica por los   delfines que acompañan en todas las travesías. Se colocan en la proa y   parece que el barco los va a atropellar; pero ellos siguen ahí, saltando   a babor y estribor y jugando con las olas. Bucear en Wolf implica   encontrarse con cientos de tiburones martillo, toda una experiencia. 
Lo que la lava forjó 
En   una cornisa de coral negro al sudeste de isla de Santiago, se encuentra   un grupo de ojones o salemas pequeñas, tan compacto y abundante que   casi obstruyen la visión. El lugar también está repleto de hipocampos.   Allí están los Gemelos, dos cráteres que se formaron cuando cámaras de   magma vacías se derrumbaron sobre sí mismas. En 1989 se abrió un sendero   circular alrededor del cráter más grande, que pasa por el interior del   bosque de Scalesia, un excelente lugar para observar aves terrestres,   especialmente el pinzón carpintero y el pájaro brujo.
En   cuanto a formaciones naturales destaca también el volcán Alcedo,   ubicado en la isla Isabela, que tiene la mayor población de tortugas y   es el único volcán que los visitantes pueden escalar. Es uno de los seis   que forman la isla Isabela. También es el único en las islas Galápagos   que ha entrado en erupción con lava con riolita y basalto. El Alcedo   tiene el mayor número de tortugas silvestres que cualquiera de los   volcanes en las islas.
Hablando   de estas formaciones, la Corona del Diablo es ideal para hacer   esnórquel: está ubicado al norte de Punta Cormorán, donde hay un volcán   sumergido casi por completo. Es considerado uno de los mejores lugares   para el buceo de superficie en las islas Galápagos.  Es el lugar más   visitado de la isla Floreana y se pueden observar pingüinos, lobos   marinos, tortugas, tiburones, diversidad de peces y delfines. Las aves   tropicales anidan en cavidades rocosas. 
Bahía   Post Office en Floreana es el hogar de una interesante tradición,; allí   se utiliza un barril colocado por balleneros a finales del siglo XVIII,   como un buzón de correos no oficial. Post Office o Bahía del Correo es   un sitio histórico que recuerda la época de los balleneros que iban a   Galápagos a cazar tortugas terrestres y abastecerse de agua.  Hoy son   los turistas los que mantienen viva la tradición, quienes se llevan una   postal o carta que dejan ahí luego de desembarcar. Lo único que tienen   que hacer es recoger alguna carta y llevarla al lugar donde viven. 
Julio y agosto: full
No   es lo más recomendable viajar a islas Galápagos en los meses de julio y   agosto, la época de alta temporada en la que los precios suben y se   llena de gente; es más difícil ver tortugas gigantes en libertad en   Santa Cruz, ya que bajan a desovar a zonas más cálidas y dispersas.
En crucero o por su cuenta
Se   puede optar por cualquiera de los dos planes. En crucero está todo   servido, organizado y tabulado. Para un destino agreste hay quienes   prefieren esa opción, también más costosa. Pero también se puede ir por   cuenta propia; lo mejor es hacer base en una de las grandes islas   habitadas, como Santa Cruz, Isabela o San Cristóbal, donde hay   infraestructura hotelera, y de ahí partir a las otras. 
Los trayectos entre islas se hace a través de las "fibras", lanchas que salen y vuelven cada día a la misma hora. 
Con guía obligatorio
A las zonas protegidas (la mayor parte del archipiélago) es obligatorio ir con guía o personal autorizado.