Durante  más de 200 años, los humanos  y diversas especies invasoras  han puesto en peligro la supervivencia de algunas de los animales más  singulares de la cuna del  naturalismo moderno: islas Galápagos.  Ahora, las campañas de gestión del patrimonio natural iniciadas hace medio  siglo empiezan a dar señales inequívocas de recuperación.
En la  pequeña isla Pinzón, en el centro del Parque Nacional Galápagos, los humanos y las ratas llevaron  a las tortugas gigantes autóctonas -de nombre científico Chelonoidis ephippium (según la  nomenclatura actualizada)- prácticamente a la extinción. El censo de 1965  indicaba que sólo vivían en Pinzón 100 ejemplares de esta especie.
El último  censo oficial ha permitido descubrir una novedad importante. Por primera vez en  150 años, y después de más de 50 años de esfuerzos de conservación, el número  de tortugas gigantes parece haber iniciado el proceso de la  recuperación natural en la isla Pinzón.
Durante  los trabajos científicos llevado a cabo en esta pequeña y deshabitada isla del Parque Nacional Galápagos  un equipo de biólogos de Ecuador y Estados Unidos descubrieron 10 pequeños  ejemplares de tortugas de Pinzón (Chelonoidis  ephippium), posiblemente nacidas en la isla pocos meses antes.  Dado el pequeño tamaño de las crías y su coloración de camuflaje es muy posible  que los ejemplares detectados sean solo una parte de un grupo mayor de tortugas  nacidas durante la última temporada, según explica el equipo científico en una  nota breve publicada el 15 de enero en la revista Nature.
Señales  de esperanza
Los  científicos creen que el descubrimiento demuestra que esta singular especie de  tortuga gigante es capaz de reproducirse por sí misma en la naturaleza, después  de que la población en libertad cayera en la década de los años 
La  población de tortugas en la isla Pinzón -como en otras partes de las Galápagos-  ha estado al borde de la extinción a causa de las capturas de los humanos  -desde los primeros balleneros y piratas que las utilizaban como alimento- y  por la presencia de especies invasoras como las ratas, recuerda en esta nota  científica el equipo formado por Washington Tapia Aguilera (Galapagos  Conservancy), Jeffreys Malaga (Parque Nacional Galápagos) y James Gibbs  (Universidad de Nueva York).
El Parque  Nacional Galápagos y sus colaboradores establecieron un programa para salvar a  la tortuga en la década de 1960. Esto implicó la recolección de huevos y criar  crías en cautiverio durante cuatro o cinco años para que pudieran crecer lo  suficiente como para sobrevivir en la presencia de las ratas. Medidas de  erradicación de ratas ayudaron a reducir la amenaza de los roedores. La rata  negra (Rattus rattus)  introducida en Pinzón amenazaba la flora y fauna propia de la isla, afectando  directamente la reproducción natural de tortugas terrestres, ya que depredaban  huevos y neonatos; y también afectaban las raíces de cactus y otras plantas que  sirven de alimento para las tortugas y otras especies autóctonas. La campaña  que podría haber acabado definitivamente con las ratas en esta isla se puso en  marcha en 2012.
Según el Ministerio del Ambiente de Ecuador y la Dirección del  Parque Nacional Galápagos (DPNG) el monitoreo poblacional de tortugas en la  isla Pinzón llevado a cabo el pasado mes de diciembre indica la existencia de  esta isla de unos 570 individuos adultos de tortuga gigante. Los responsables  de este seguimiento observaron la presencia de "tortugas de entre los seis  meses y un año de vida, lo que evidencia la ausencia de ratas introducidas, y  el éxito de la campaña de erradicación de roedores", según destaca una  nota informativa del ministerio.
Joaquim Elcacho 
  Leer más: http://www.lavanguardia.com/natural/20150123/54424726855/nacen-tortugas-isla-pinzon-galapagos-primera-vez-en-150-anos.html#ixzz3PspQMDb5  
  
  

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