Los  ejemplares pertenecen a los géneros marinos Scorpaenodes y Malacoctenus y  estuarino Gobiomorus que significaría la existencia de tres posibles especies  nuevas de peces
A partir  de secuencias de ADN y análisis morfológicos que contrasta poblaciones de todo  el litoral americano del Océano Pacífico, investigadores de la Universidad  Michoacana de San Nicolás de Hidalgo de México y de Ecuador descubrieron tres  nuevas especies de peces en las islas Galápagos, lo que representa un gran  suceso en el mundo biológico no sólo porque una de ellas podría ser endémica de  este complejo insular ecuatoriano, sino porque permite entender los complejos  procesos evolutivos de los organismos a escala mundial para determinar así  medidas de conservación y protección de la biodiversidad.
Los  ejemplares pertenecen a los géneros marinos Scorpaenodes y Malacoctenus y  estuarino Gobiomorus que significaría la existencia de tres posibles especies  nuevas de peces descubiertas en dos expediciones realizadas en el litoral de  las Islas del Archipiélago Ecuatoriano de las Galápagos y frente a las costas  del Ecuador continental, donde los investigadores realizaron incursiones de  buceo para la colecta de ejemplares en arrecifes.
El  estudio duró tres años y apenas en julio pasado el Ministerio de Ambiente de  Ecuador y la Dirección del Parque Nacional Galápagos confirmaron el hallazgo  tras señalar que “… los estudios a nivel molecular les dan  diferencias genéticas y morfológicas de otros similares de la región del Océano  Pacífico”.
El equipo  es liderado por los doctores Omar Domínguez Domínguez, de la Facultad de  Biología de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo de México y el  Dr. Eduardo Espinoza Herrera, del Parque Nacional Galápagos de Ecuador y  participan los estudiante Sesangari Galván Quesada del Posgrado Institucional  de Doctorado en Ciencias Biológica, Carmen del Rocío Pedraza Marrón del  Programa Institucional de Maestría en Ciencias Biológicas y Moisés Emanuel  Bernal Hernández de la Licenciatura en Biología, todos de la UMSNH.
Las dos  expediciones fueron realizadas bajo un proyecto de colaboración académica entre  diversas universidades y centros de investigación de México, Centro y  Sudamérica bajo el liderazgo de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo,  donde se trabaja para entender la evolución de los peces marinos y estuarinos  en el Pacífico Tropical de América y en particular en las Islas Galápagos que  es considerado por científicos de todo el mundo como un enclave fundamental en  la evolución de estos organismos marinos. Y es que aquí emergieron las  controversiales teorías evolutivas del naturalista inglés Charles Darwin, quien  llegó a Galápagos el 15 de septiembre de 1835 y publicó su libro El Origen de  las Especies en 1859.
Ahora,  179 años después de las incursiones de Darwin a estas enigmáticas islas de  Ecuador, los científicos nicolaitas y ecuatorianos colectaron ejemplares de  peces que fueron sometidos a rigurosos análisis de secuencias de ADN y  comparaciones morfológicas. Además, contrastaron los resultados con datos  obtenidos de análisis similares en poblaciones de estas especies a todo lo  largo del litoral del Pacífico americano desde el Golfo de California hasta  Ecuador.
Las tres  nuevas especies pertenecen a los géneros Scorpaenodes y Malacoctenus que se  desarrollan en ambientes marinos y Gobiomorus cuyo hábitat son estuarios, donde  se presenta una interacción de agua marina y agua dulce que generan  características fisicoquímicas y ecológicas muy particulares.
De  acuerdo al Dr. Omar Domínguez, este descubrimiento es sumamente importancia  porque revela algunos detalles de los intrincados procesos ecológicos y  biológicos que han determinado la evolución de estas especies en un mundo que  aparentemente no tiene barreras para el movimiento de los peces.
Además,  evidencia que estamos muy lejos de conocer la diversidad real de este grupo de  vertebrados, incluso en regiones ampliamente estudiadas que son un icono en el  estudio de la evolución, el conocimiento, conservación y uso sustentable de la  biodiversidad mundial, como es el caso de las Galápagos.
Para el  científico nicolaita el descubrimiento reafirma la necesidad irrenunciable a  trabajar en la conservación del archipiélago, pues dos de estas tres posibles  nuevas especies serían organismos endémicas de las islas y una de ellas sólo  reportada en cuerpos de agua costeros alimentados por la escasa agua dulce en  la Isla San Cristóbal.

 
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