Para  una tortuga verde, la travesía desde Isla del Coco, en Costa Rica, hasta las  islas Galápagos, en Ecuador, tarda 14 días. Así lo demostró Sanjay, un macho de  tortuga verde ( Chelonia mydas agassizii  ) que pesa 53   kilogramos  y al que se le colocó una marca satelital en  junio con el fin de seguirle el rastro durante su migración.
Para  los investigadores, Sanjay es importante porque esta es la primera vez que se  registra una migración directa entre los dos parques nacionales, lo cual  comprueba que existe una conexión entre ambos.
“Es  verdaderamente impresionante. Sanjay sabía muy bien dónde se dirigía, fue  directo de una reserva marina a la otra”, comentó Alex Hearn, director de  ciencias de conservación en Turtle Island Restoration Network (TIRN).
Con  esta nueva evidencia científica, se podrán conocer mejor las rutas migratorias  y la función que desempeñan estas áreas protegidas en la vida de las tortugas  marinas.
Marcaje. Sanjay es una de las  tortugas verdes que fueron marcadas en junio en la Isla del Coco, durante una  expedición realizada por investigadores de TIRN y del Programa de Restauración  de la Tortuga Marina (Pretoma).
Desde  el 2009, ambas organizaciones realizan estudios tanto para conocer las rutas  migratorias de los quelonios a partir de la colocación de transmisores  satelitales, así como para calcular el tamaño de la población de estos en Isla  del Coco con base en las marcas metálicas, que facilitan el análisis por  captura y recaptura.
A  la fecha, los científicos han colocado marcas metálicas o satelitales a más de  100 tortugas marinas.

Asimismo,  los investigadores toman muestras de tejido para hacer estudios genéticos que  permiten definir el lugar de nacimiento y diferenciar poblaciones.
Corredor biológico. Gracias a los  resultados preliminares de los estudios genéticos, se sabe que en Isla del Coco  existen dos poblaciones de tortugas verdes: unas nacen en el Pacífico Norte de  Costa Rica y otras, en las islas Galápagos.
Esa  fue la primera pista con que contaban los investigadores sobre la existencia de  un corredor biológico que conecta ambos parques nacionales.
Por  su parte, los análisis de captura y recaptura permitieron ver que las tortugas  en edad juvenil usan la isla como sitio de crianza mientras alcanzan la madurez  sexual para reproducirse, y las tortugas adultas la utilizan como lugar de  descanso en su larga ruta migratoria desde las playas de anidación; así  recuperan fuerzas.
Esa  fue la segunda pista, y la información aportada por Sanjay constituye la  tercera.
Para  Randall Arauz, director de Pretoma, estos resultados serán cruciales para  diseñar medidas de manejo para esta especie en peligro de extinción.
“La  ruta que Sanjay tomó , está plagada de líneas de pesca”, dijo Arauz, y  agregó: “Existen varias iniciativas internacionales para mejorar la  conservación en el Pacífico este tropical y ahora es el momento para que estas  iniciativas se traduzcan en acciones”.
 
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