miércoles, 16 de noviembre de 2016

Diego es la nueva celebridad de las Galápagos



Hasta su muerte, el Solitario George acaparaba los flashes y la atención del mundo. Era el último de su especie y el símbolo del daño que puede ocasionar el hombre a un ecosistema. Camisetas, fotos, visitas, gorras y todo lo relativo a George eran un símbolo de las islas Galápagos. Pocos conocían a Diego… hasta ahora.

Diego, una tortuga galápagos tipo montura, originaria de la Isla Española, había logrado lo que George no pudo: salvar a su especie de la extinción. Sin embargo, su mérito estaba opacado, pues era casi desconocido para los cientos de visitantes que llegaban al corral del "Solitario", sin reparar que justo al lado estaba Diego, otro animal que también merecía su atención.

 Con la muerte de George, y gracias a un reportaje de la BBC británica, el mundo ahora se fija en Diego y se conoce su historia. Él fue parte de los cientos de ejemplares que a inicios y mediados del siglo XX fueron sacados de las Galápagos por científicos de todo el mundo, quienes al ver el deplorable estado de las islas consideraron que la mejor forma de conservar su riqueza biológica era sacarlos de su hábitat.

 Esta práctica no debe llamar la atención, pues era la manera como se entendía a la conservación en esa época. Las imágenes de los cementerios de tortugas eran una prueba que las Galápagos necesitaban atención.

 Con los años, gracias a los avances de las ciencias y la conservación, además del trabajo de la Fundación Charles Darwin y el Parque Nacional Galápagos, se pudo iniciar el trabajo de catalogar y repoblar las islas que tenían a sus tortugas casi extintas. Cada isla tiene un tipo de tortuga que es propia y diferente a las demás. Es ahí donde entró nuevamente en escena Diego.

 La Isla Española, de donde es natural el queloide, apenas contaba con siete ejemplares: dos machos y 12 hembras. Es decir, casi estaba extinta. El trabajo consistía en repoblar la isla, pero no había suficientes machos para garantizar una reproducción exitosa. Buscando en el mundo, en el zoológico de San Diego (por eso su nombre), apareció la tortuga que se encargaría de poner manos a la obra en la tarea de rescatar a su especie.

 Diego convivió con cinco y hasta seis compañeras, reproduciendo exitosamente la población de tortugas. Se calcula, a la fecha, que esta tortuga ha logrado unas 800 crías, que son parte de las 2.000 que en la actualidad ya caminan en la Isla Española.

 "No diría que la especie está en perfectas condiciones, ya que los registros históricos muestran que probablemente había más de 5.000 tortugas en la isla, pero su población aumentó y eso es más importante", explicó Washington Tapia, especialista en conservación de tortugas del Parque Nacional Galápagos.

 La especie de Española es una de las más particulares del archipiélago, pues es del tipo montura. Este tipo de caparazón hace que estas tortugas sean capaces de estirar su cuello para alimentarse de las hojas más altas de las plantas. Se estima que en las Galápagos había entre 15 y 16 especies de tortugas, y lastimosamente cuatro ya están extintas: las de las islas Santa Fe, Fernandina, Floreana y Pinta, de la cual era originario George.

 Con esto, las Galápagos ahora tienen una nueva estrella. Y aunque esta fama llegó un poco tarde, ahora los "esfuerzos" de Diego son reconocidos y su enorme familia poco a poco recuperará la población de la Isla Española. Tal vez ahora las camisetas, las gorras, las fotos y los libros tendrán que rehacerse y darle un lugar a esta tortuga que lenta pero segura logró salvar a toda su especie.



Ecuador expondrá experiencia del Santuario Marino de Galápagos en III Conferencia ‘Our Ocean’



El ministro de Ambiente de Ecuador, Walter García, afirmó que en la III Conferencia 'Our Ocean' (Nuestro Océano), que inicia este viernes en Estados Unidos, expondrá la experiencia del Santuario Marino en Islas Galápagos y buscará posicionar al país como referente en la conservación.

García dijo a Andes que en marzo de 2016, Ecuador creó este Santuario Marino en las islas de Darwin y Wolf para proteger un área de 38.000 kilómetros cuadrados, extensión que es considerada como 'No take', o no extracción, donde únicamente se pueden realizar actividades recreativas, de investigación y turismo.

A ello se suman las 17 áreas marino-costeras protegidas en la zona continental y la declaratoria desde 1978 de las Islas Galápagos como Patrimonio Natural de la Humanidad. Además, el país andino tiene como meta ampliar su territorio marino bajo conservación o manejo ambiental de 6.069 kilómetros cuadrados a 8.170 kilómetros cuadrados hasta el 2017.

"Ecuador busca posicionar al país como un referente en el tema de la conservación. Somos un país que ha tomado realmente un rol protagónico y estamos tratando de involucrar además a instituciones", señaló García.

Explicó que al ostentar la presidencia pro tempore del Corredor Marino del Pacífico (Cemar), Ecuador va a impulsar con los países amigos que lo integran (Panamá, Costa Rica y Colombia) la creación de espacios marinos que guarden cierta conexión.

El titular ecuatoriano, quien expondrá en ese foro la visión política y ambiental de su país en favor de la ampliación y conservación del territorio marino, dijo que estos santuarios, como son Los Cocos (Costa Rica) y Malpelo (Colombia), conectan a varios países por estos corredores, según se ha determinado a través de investigaciones.

"Especies como tiburones martillos y otro tipos de tiburones siguen estos recorridos y van entre estos distintos puntos que pertenecen a otros países", acotó.

Expuso que estos corredores son importantes porque es necesario crear espacios de conservación que sean regionales y no es posible pensar exclusivamente en esfuerzos puntuales de un país, porque estas especies no conocen límites y se transportan de un lugar a otro. "Entonces nosotros tenemos la responsabilidad de permitirles que estos espacios de conservación estén seguros", apuntó.

Añadió que es preciso trabajar por un fin común porque los países comparten también estos espacios y estas especies que están interconectadas.

García dijo que Ecuador se congratula que en este momento exista un tema de hermandad a nivel regional y dijo que Ecuador y sus vecinos promueven esa paz, y añadió que "la paz va también por nuestras especies que habitan los océanos. Ahora promovemos la conservación".

El Ministro de Ambiente de Ecuador participará en la plenaria "Océanos y ambiente", como parte de la III Conferencia 'Our Ocean', con los representantes de China, Wang Hong, y de Marruecos, Hakima El Haite. La moderadora será Kathryn Sullivan, subsecretaria de Comercio para los Océanos y la Atmósfera de los Estados Unidos.

El objetivo del encuentro 'Our Ocean' es revisar la acción que los diferentes países del mundo toman frente a la conservación de los océanos.

En esta cita está prevista la participación del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y del actor y productor de cine estadounidense Leonardo DiCaprio.

yp/gc


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La mirada de ocho artistas se posa en dos islas de Galápagos



Profundizar en la reflexión sobre la importancia o no de conservar espacios naturales es lo que se podrá encontrar en la cuarta edición del proyecto LARA (Latin American Roaming Art) que se exhibe en el Centro de Arte Contemporáneo, en el norte de la capital.

LARA escoge un país de Latinoamérica y reúne el trabajo de un grupo de artistas que se instalan en un lugar que no sea un centro metropolitano durante dos semanas. En el caso de Ecuador, las islas Santa Cruz e Isabela, en Galápagos.

Luego de haber estado en el sitio, los artistas regresan a sus países de origen o residencia y tienen un periodo de producción de su obra de seis meses.

"Lo interesante de haber trabajado con Galápagos, es que es un contexto prácticamente intocado, muy poco abordado desde el arte contemporáneo", sostuvo Rodolfo Kronfle, curador de las obras.

n las Galápagos –dijo Kronfle– los artistas no solo tuvieron una agenda de excursiones en los lugares típicos, sino también una serie de interacciones con científicos y colonos. Esto les permitió empaparse de la situación turística y de todos los problemas del archipiélago.

Pablo Cardoso (Ecuador) es uno de los ocho artistas nacionales e internacionales que exponen sus creaciones. La roca volcánica es uno de los elementos con el que trabaja.

"Las Galápagos o el parque Nacional Yasuní son ejemplos de lo que la naturaleza ha sido antes de que la mano del hombre se ha posado sobre ellos", expresó Cardoso.

Emilia Azcárate, artista venezolana, presenta una serie de dibujos de arena, que ella llama dibujos de viento y una exposición de formas circulares de tillos, donde realiza una "especie de análisis de consumo".

En tanto Adrián Balseca, artista local, presenta un video, una pieza escultórica y una instalación. "Está relacionado a la propia presencia del ser humano en las islas, entonces el conjunto que presento se denomina El origen de las especies introducidas como una alegoría al texto de (Charles) Darwin (...) y sus afectaciones e implicaciones medio ambientales", señaló.

María José Arjona (Colombia), Matías Duville (Argentina), Florencia Guillén (México). Además Manuela Ribadeneira (Ecuador), Paula de Solminihac (Chile), son otros de los artistas que exhiben sus obras. (I)


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Ocho artistas exponen su visión de las Islas Galápagos en la muestra LARA 2016



La belleza exótica de las Islas Galápagos, su flora y fauna, su tranquilidad, su cotidianidad, sus habitantes y sus pequeños conflictos, quedarán inmortalizados en la exhibición LARA (Latin American Roaming Art) que se inaugurará este jueves 15 de septiembre en el Centro de Arte Contemporáneo de Quito.

Esta es la cuarta edición de LARA, una residencia artística que se desarrolla en distintos lugares de la región con el objetivo de representar al sitio a través de los ojos de sus participantes. Los artistas se reúnen por dos semanas, recorren sus alrededores y mantienen diálogos con los habitantes para luego iniciar un proceso individual de producción en el que se traduce su experiencia del sitio.

Las ciudades de Honda en Colombia, Ollantaytambo en Perú y Oaxaca en México fueron las  locaciones en las tres anteriores ediciones. Para la itinerancia del proyecto en Ecuador se propuso el ambiente privilegiado del archipiélago de Galápagos que ha sido relativamente inexplorado desde el arte contemporáneo.

Según el texto del curador Rodolfo Kronfle, Galápagos suele evocar imágenes idílicas de la naturaleza y de un universo lo menos posible tocado por la mano del hombre. Sin embargo, quienes hacen su vida allí entre colonos, científicos o empleados estatales configuran algunas tensiones como la contradicción existente entre los afanes conservacionistas y las lógicas del desarrollo urbano y crecimiento demográfico, y a esto se suma una industria turística en permanente expansión.


"Va a resultar novedoso que el público vea obras trabajadas a través de un contexto tan especial como es Galápagos, que  no es un centro urbano, que el aspecto de su biodiversidad y por lo cual es Patrimonio de la Humanidad tiene un peso muy grande, pero tiene toda esta contraparte, el lado de las amenazas a los afanes conservacionistas que posan a Galápagos  como un norte, un sitio a preservar", señaló Kronfle en una entrevista con Andes.

Él estuvo a cargo de seleccionar a los ocho artistas que formaron parte de esta residencia: María José Arjona (Colombia), Emilia Azcárate (Venezuela), Matías Duville (Argentina), Florencia Gillén (México), Paula de Solminihac (Chile) y los ecuatorianos Adrián Balseca, Pablo Cardoso y Manuela Ribadeneira. Los escogió por su trayectoria, por su forma de pensar y su adaptabilidad a este formato de residencia.

"Estuvimos una semana en Santa Cruz y una semana en Isabella y en cada una hicimos excursiones a los lugares más emblemáticos desde el punto de vista de la naturaleza, y nos reuníamos con científicos, con guías naturistas, con hoteleros, gente de escuelas del lugar para tener un panorama lo más amplio posible sobre lo que es el archipiélago,  los problemas que enfrenta,  sobre el futuro, sobre como los mismos colonos lo piensan", aseguró el curador.

El proceso artístico de la mexicana Florencia Guillén para la muestra LARA. Foto: Centro de Arte Contemporáneo

Además, explicó que se abordó a Galápagos desde distintos ángulos "desde la historia social, la leyenda negra que hay sobre las islas una serie de episodios y crónicas que orbitan alrededor del archipiélago, tienen que ver con experiencia muy subjetivas, íntimas de otros artistas, tiene que ver con formas de recodificar el paisaje galapaguense (…) En ningún momento se trata de hacer obras paisajísticas del lugar, son obras que van a trabajar el archipiélago desde ángulos que conllevan bastante complejidad y que tienen múltiples niveles de interpretación", señaló.

Así se alcanzaron piezas de distintos formatos como video arte, performance, dibujo, pintura, escultura e instalación que serán presentadas este jueves, a las 19:00, en el Centro de Arte Contemporáneo de Quito (CAC) ubicado en las calles Montevideo y Luis Dávila. La muestra estará abierta durante dos meses.

LARA se financia por la agencia Asiaciti Trust que hace alianzas con un museo local que siempre se encuentra en la capital del país donde se realizará la residencia, en este caso la alianza ocurrió con el CAC para que sea la sede de la exposición. La corporación se encarga de financiar la producción y la residencia, mientras que el CAC pone la logística para la exposición de las piezas de arte.

dv/gc

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